Maquinaria agrícola impulsada por hidrógeno

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Optimas
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Electricidad e hidrógeno ya no son sólo palabras de moda, sino que rápidamente se están convirtiendo en una opción tangible para muchas industrias. 

Estos combustibles alternativos, especialmente la electricidad, son bien conocidos por su adopción por parte de la industria automotriz, pero otras industrias están comenzando a aprovechar estas tecnologías de bajas emisiones. 

Aunque la industria agrícola es responsable de 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero del Reino Unido, el Co2 producido por la maquinaria agrícola y la calefacción sólo contribuyó a 9% de este monto total. No obstante, esta industria ahora está dando prioridad a la introducción de tecnologías de bajo consumo energético y fuentes de energía renovables. 

Los últimos años han supuesto avances impresionantes en la industria de la maquinaria agrícola, y las empresas han desarrollado no sólo máquinas alimentadas por hidrógeno, sino también repostadores, motores y motores. 

Los combustibles de hidrógeno son, por el momento, más favorables que sus homólogos eléctricos para maquinaria agrícola. Dado que los problemas de peso ligero y la ansiedad por la autonomía siguen dominando el mercado eléctrico, los fabricantes de maquinaria agrícola se muestran reacios a adoptar tecnologías eléctricas, ya que sus máquinas necesitan funcionar durante largas horas y soportar cargas muy pesadas.

Sin embargo, con el La industria de camiones pesados avanza hacia la tecnología de vehículos eléctricos, puede que no pase mucho tiempo antes de que la electricidad se convierta también en un combustible básico para la industria agrícola. 

Aunque la tecnología del hidrógeno está empezando a revolucionar la maquinaria agrícola, trae consigo importantes desafíos financieros y logísticos. 

 

Ventajas: 

Combustible limpio: aunque la maquinaria agrícola genera una menor cantidad de emisiones de Co2 que otras industrias, la importante contribución de la industria a las emisiones de metano y óxido nitroso significa que las empresas están reduciendo las emisiones de otras maneras, concretamente cambiando a combustibles alternativos. El único residuo que produce el hidrógeno verde es vapor de agua, ya que se obtiene mediante electrólisis del agua, lo que lo hace sostenible al funcionar con electricidad procedente de fuentes renovables.  

Eficiencia energética: hasta 80% de energía utilizada por un motor de gasolina normal se desperdicia en forma de calor. El hidrógeno solo dispersa 20% de su energía, utilizando 80% para alimentar la máquina. 

Ideal para máquinas pesadas: la tecnología del hidrógeno ofrece una sistema de propulsión más compacto que eléctrico, con tiempos de repostaje rápidos y una autonomía impresionante. Algunos vehículos de hidrógeno pueden viajar más de 500 millas con un solo repostaje, y el tiempo de carga puede tardar tanto como el de recargar un automóvil diésel, lo que permite que la maquinaria agrícola alcance tiempos de funcionamiento prolongados.  

  

Contras: 

Emisiones: El hidrógeno verde ofrece una alternativa ecológica a los fabricantes de maquinaria agrícola, pero su producción es increíblemente costosa, por lo que muchas empresas están optando por el hidrógeno gris, un contaminante. Actualmente, más de 96% de hidrógeno utilizado son grises. Por cada kilo de hidrógeno gris obtenido se producen 10 kilos de dióxido de carbono, y en todo el mundo se producen entre 70 y 75 millones de toneladas de hidrógeno, con un desperdicio de casi mil millones de toneladas de dióxido de carbono. Sin embargo, a medida que los gobiernos de todo el mundo den prioridad a las fuentes de energía renovables, el hidrógeno verde será mucho más común.  

Costo: costos del hidrógeno gris $1-2 por kg, mientras que el hidrógeno verde cuesta $5-7. Para que la tecnología del hidrógeno siga siendo ecológica, los fabricantes deben utilizar hidrógeno verde, pero algunos expertos de la industria argumentan que su uso en un futuro muy cercano puede no ser económicamente viable para la mayoría de los agricultores. Sin embargo, si bien el hidrógeno es caro y el diésel mucho más barato, podría decirse que sus enormes beneficios ambientales superan su costo. 

Falta de infraestructura: El hidrógeno tiene que ser altamente comprimido ser envasado en un tanque en cantidades suficientes para alimentar una máquina. Además, solo puede transportarse a través de tuberías especiales y, si se hace en estado líquido, debe mantenerse a una temperatura de –263 grados Celsius, lo que consume una cantidad considerable de energía. Por lo tanto, el hidrógeno se utiliza principalmente en los lugares donde se produce. Por ello, algunos fabricantes de maquinaria agrícola abogan por el uso de estaciones de servicio in situ o remolques de gas móviles, pero estas pueden no ser opciones viables para muchos agricultores. Sin embargo, algunos investigadores han desarrollado recientemente instalaciones avanzadas de almacenamiento de hidrógeno, allanando el camino para que se convierta en una fuente de combustible mucho más accesible. 

Como tecnología en continua evolución, el hidrógeno tiene claramente sus limitaciones, pero también es un combustible con un potencial significativo. A medida que la infraestructura se desarrolle y las fuentes de energía renovables se vuelvan más frecuentes, el hidrógeno se convertirá gradualmente en una fuente de combustible mucho más conveniente y sostenible para la maquinaria agrícola. 

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